El mantenimiento de calderas no es solo una recomendación: es una obligación legal y una garantía de seguridad. Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), las calderas domésticas de gas deben revisarse cada 2 años, y la instalación de gas debe inspeccionarse cada 5 años.
Cumplir con estas revisiones no solo evita sanciones, sino que asegura un funcionamiento eficiente, reduce el consumo y previene averías graves.
En este artículo encontrarás cuándo y cómo realizar el mantenimiento de tu caldera, qué diferencia hay entre revisión e inspección, y por qué hacerlo a tiempo protege tu hogar y tu bolsillo.
¿Por qué es importante el mantenimiento de calderas?
Realizar el mantenimiento de calderas con la frecuencia indicada evita averías y mejora el rendimiento del equipo. Una caldera limpia y revisada consume menos, calienta mejor y dura más años. Además, la revisión ayuda a prevenir fugas y posibles riesgos asociados a la combustión.
Entre los principales beneficios del mantenimiento destacan:
- Ahorro energético. Una caldera ajustada reduce el consumo de gas.
- Seguridad. Evita accidentes y fugas por mal estado de componentes.
- Mayor vida útil. Retrasa la necesidad de sustitución.
- Cumplimiento legal. Garantiza que el sistema cumple el RITE.
En resumen, el mantenimiento de calderas es una inversión que se traduce en confort, ahorro y tranquilidad.
Revisión de la caldera: cada 2 años y por técnico autorizado
El RITE obliga a realizar una revisión de la caldera doméstica cada dos años. Solo el País Vasco exige revisiones anuales, y las instalaciones de más de 70 kW deben revisarse cada año.
Qué se revisa durante el mantenimientos de calderas
Durante el mantenimiento de calderas, el técnico autorizado comprueba que el equipo funcione correctamente y dentro de los parámetros de seguridad. Estas son las principales comprobaciones:
- Combustión y gases. Se analiza la emisión de monóxido y dióxido de carbono.
- Quemador y cámara. Se limpian para eliminar residuos que afecten la eficiencia.
- Presión y válvulas. Se revisa la presión (1–1,5 bares) y el buen estado de las válvulas.
- Intercambiador de calor. Se detectan fugas, cal o corrosión.
- Ventilación. Se comprueba la salida de gases al exterior.
- Controles y termostato. Se verifica su correcto funcionamiento.
Todas estas acciones forman parte del mantenimiento de calderas y concluyen con un certificado de revisión, documento que acredita que el equipo cumple la normativa.
Quién puede hacer la revisión y cuánto cuesta
- El mantenimiento de calderas debe hacerlo un técnico especializado en instalaciones térmicas.
- El coste varía según el tipo de aparato, aunque suele situarse entre 70 y 100 euros.
- Es recomendable no pagar en mano: la revisión debe quedar registrada en factura.
- Si la caldera no pasa la revisión, el técnico indicará las reparaciones necesarias antes de emitir el certificado final.
Inspección del gas: cada 5 años y a cargo de la distribuidora
El mantenimiento de calderas también implica cumplir con la inspección del gas, una revisión diferente que evalúa la instalación completa. Se realiza cada 5 años (4 en el País Vasco) y la lleva a cabo la empresa distribuidora o un técnico acreditado.
Qué evalúa la inspección
La inspección revisa todo el sistema que alimenta la caldera:
- Tuberías, llaves y conexiones de gas.
- Contador y estado general de la instalación.
- Ventilación, evacuación de gases y correcto tiro de la chimenea.
- Funcionamiento de los aparatos conectados.
La distribuidora notifica la visita por carta o cartel en la comunidad. El pago se incluye en la factura del gas, nunca se entrega directamente al técnico.
Qué pasa si no se realiza la inspección
Ignorar esta parte del mantenimiento de calderas puede tener consecuencias:
- Suspensión del suministro. El gas puede cortarse hasta que se subsanen los defectos.
- Sanciones o notificación al organismo autonómico.
- Pérdida de cobertura del seguro. Un siniestro podría no estar cubierto.
Por eso, conviene anotar las fechas y conservar los certificados de cada revisión e inspección.
Diferencias entre revisión e inspección: no son lo mismo
Aunque ambos procesos forman parte del mantenimiento de calderas, tienen objetivos distintos:
Aspecto | Revisión de caldera | Inspección de gas |
---|---|---|
Qué se revisa | El aparato (caldera) | La instalación de gas |
Quién la realiza | Técnico autorizado | Empresa distribuidora |
Periodicidad | Cada 2 años | Cada 5 años |
Forma de pago | En factura de mantenimiento | En factura del gas |
Finalidad | Seguridad y eficiencia del equipo | Seguridad de la instalación |
Conocer la diferencia ayuda a cumplir con ambas obligaciones sin confusiones.
Consejos prácticos para cuidar la caldera todo el año
Además del mantenimiento de calderas obligatorio, conviene seguir unas rutinas básicas:
- Encender la caldera unos minutos al mes para evitar bloqueos.
- Mantener limpias las salidas de aire y ventilación.
- Vigilar la presión y ajustarla si baja de 1 bar.
- No cubrir el aparato ni obstruir rejillas.
- Contactar con un técnico ante ruidos o cambios de temperatura.
Pequeñas acciones que evitan averías y prolongan la vida útil del sistema.
El mantenimiento de calderas es seguridad y ahorro
El mantenimiento de calderas garantiza el buen estado del equipo, evita sanciones y contribuye a un consumo responsable.
Recuerda:
- Revisión de caldera cada 2 años.
- Inspección de gas cada 5 años.
Ambas deben realizarlas profesionales certificados. Cumplir con estas revisiones es cuidar tu hogar, tu seguridad y tu economía a largo plazo.